Un buen zapato beneficia el desarrollo de nuestros niños, tienen una forma anatómica y permite el movimiento natural, sin restricciones, para que así tengan pies sanos y fuertes.
Es por eso qué hay que saber identificar estas características, para que puedas elegir bien, y sepas diferenciar entre un zapato ergonómico que beneficiará a tu peque o uno tradicional que lo estará dañando.
ZAPATOS ERGONÓMICOS:
Forma: Tienen una puntera ancha, anatómica que permite el movimiento natural de los dedos.
Suela: Son delgadas, planas y flexibles para permitir la sensación del suelo y el movimiento natural del pie.
Contrafuerte: No tienen soportes artificiales, permitiendo que los músculos del pie se fortalezcan de forma natural.
Livianos: Promueven el desarrollo natural del pie, les da libertad de movimiento y que se sienta como si no los tuvieran puestos